DEL  INTELECTO  A  LA  INTUICIÓN 

por  A L I C E  B A I L E Y  ( Fragmento  del  libro )

 

La búsqueda en el mundo continúa; el grito de la humanidad se eleva desde las profundidades y asciende hasta el trono de Dios Mismo. Desde el Corazón del Templo de Dios, hasta el cual nos hemos abierto camino luchando y esforzándonos, vol­vemos y trabajamos en la Tierra. No descansamos de nuestros es­fuerzos hasta que el último de los buscadores del mundo haya en­contrado su camino de retorno al hogar.

 

¿Qué salvará a este mundo de su agonía, desastre económico y caos actuales? ¿Qué va a introducir la nueva era de hermandad y vida grupal? ¿Quién o qué salvará al mundo? ¿No surgirá a la existencia activa un grupo de místicos prácticos que, asociados en el sentido de unidad divina, trabajen en forma práctica en la Tie­rra? Ellos no se retirarán a los monasterios o a los lugares solitarios del mundo, no importa lo atrayentes que les parezcan, sino que participarán de la vida normal del planeta.

 

Serán los ejecutivos de nuestras grandes ciudades; desarrollarán nuestros programas políticos; conducirán a la juventud por los senderos de la correcta educación; regularán nuestros destinos económicos, sociales y nacionales, y lo harán desde el centro de su ser y desde el punto de vista del alma; conocerán el secreto de la iluminación; sabrán cómo someter todos los problemas a la omnisciencia del alma; conocerán el secreto de la vida, que hace que todos los hombres sean hermanos.

 

Reconocerán, como hijos de Dios, a todos cuantos los rodean, pero descubrirán también el signo del hombre iluminado y tratarán de colaborar con él para bien de todos. Se encontrarán unos a otros telepáticamente y trabajarán, por lo tanto, en la más estre­cha colaboración. Este grupo ya existe, y sus miembros están en íntima relación entre sí. Se hallan en todos los países del mundo; sin embargo, se reúnen diariamente en el reino del alma.

 

Hablan un mismo lenguaje; tienen los mismos ideales; no conocen fronte­ras ni divisiones; no sienten odios ni establecen diferencias de clase; no establecen barreras raciales; ven las cosas tal cual son; no sien­do idealistas ilusos, se concentran sobre el siguiente paso que debe dar la humanidad y no en las etapas finales de su propio desarro­llo. Trabajan con sabiduría mundana, a la vez que con percepción espiritual. Sobre todo, trabajan unidos y se ponen en relación me­diante el poder de una realización unificada.

 

Este grupo integrador de místicos y conocedores es la esperan­za del mundo y constituye el grupo Salvador del Mundo. Están por encima y más allá de todos los credos y teologías; actúan en todos los campos de la realización humana-científico, político, religioso, educativo y filosófico. No se interesan en terminologías, ni pierden el tiempo tratando de imponer a otros sus propias teorías, ni sus términos peculiares o su especial método de acercamiento a la verdad. Reconocen la verdad subyacente en todas las presentaciones y sólo les interesa los principios de la hermandad y hacer resaltar lo esencial y vivir la vida del espíritu, en el mundo cotidiano.

 

Conocen el significado de la meditación y están con nosotros ahora. Nuestro es el privilegio de ingresar en sus filas, sometiéndonos a la técnica de la meditación, a la disciplina del correcto vivir cotidiano y a la influencia que ejerce el móvil puro de SERVIR.

por ALICE BAILEY

 

info@erks.org

www.erks.org

 

 

             www.erks.org  -  I N F O R M A C I Ó N  C L A S I F I C A D A