A G A R T H I   E N   E L   S U R 

  p o r  E d u a r d o   G r o s s o

 

CAPITULO 3:

INTROSPECCIÓN

 

Ese mismo día decidimos realizar las técnicas necesarias para lograr entablar una comunicación con “la voz”.

 

Debo decir que tenemos una idea equivocada de los cultores del “ocultismo”, lejos de trabajar con “sapos y culebras”, tenebrosos rituales y extrañas pócimas, me encontré con un confortable diván, una música lenta y cadenciosa y una iluminación sobre la base de tonalidades azules.

La dulce y tranquila voz de Liliana comenzó, en forma monótona y precisa, a impartir órdenes para que comenzara a relajarme.

 

A cada frase pronunciada me sentía más pesado y confortable, relajé paso a paso cada músculo de mi cuerpo, desde mi cabeza hasta las extremidades inferiores.

 

Imaginaba una pequeña esfera luminosa, tibia e hipnótica, que penetraba por mi coronilla e iba tocando cada centro energético de mi cuerpo.

 

Comencé a caer en un sopor, un sueño profundo que me invitaba a dejarme llevar, a ser un pasajero privilegiado en este viaje interior.

 

Poco a poco perdí la conciencia de mis miembros, era como una mente pura, sin cuerpo, flotando en el espacio, más allá del tiempo.

 

Mi vida pasó ante mi mente resaltando los hechos significativos: el rostro de mi esposa, la “facu”, mi primer amor, mis viejos...ahora era un niño, más adelante un bebé lloroso, mas allá un ser inmaterial flotando alrededor de un feto a punto de nacer.

 

Liliana no dejaba de ordenarme sutilmente  la dirección de  mi experiencia.

Pronto me sentí caer como en un pozo sin fondo. No sentí miedo alguno. Era una sensación gratificante.

 

Me sentía como una mente pura en comunión con el Universo, como una gota de agua de mar flotando en el océano.

 

Poco a poco llegó el chillido que antes me había espantado, ahora lo sentía como la nota musical con la que comienza el concierto, la “voz” nuevamente me habló y esta vez llenó mi ser con una sensación de iluminación y gozo.

 

-“Soy Itzal, mi nombre significa en el antiguo idioma de los dioses, el Senzar, “el custodio de la tradición”. No es importante en estos momentos que conozcas los pormenores de mi misión, ni “quién” o “qué” soy. Tu estado de receptividad es óptimo en estos momentos, pero ha sido dificultoso  comunicarnos contigo anteriormente. Hemos estado trabajando sobre la composición de tu densidad molecular haciéndote menos denso, estamos activando tu sistema glandular especialmente potenciando tu vórtice energético de base. Todo esto tiene gran importancia para una misión que debes realizar. Has sido seleccionado, al igual que otras 5 personas en esta región, de acuerdo a los valores superlativos de ciertos elementos en tu sangre. La naturaleza de la misión nos inhibe de ayudarte en demasía, debes superar los escollos por ti mismo; sin embargo no estarás solo, encontrarás primero a una persona, el Hermano Javier, que te ayudará a prepararte. Debes estar listo para enfrentar tu destino (y el de la humanidad) en el atardecer del solsticio de invierno en el Templo de Kuam-Shu”.

 

Poco a poco fui saliendo de la relajación, nuevamente la pequeña esfera luminosa y tibia fue pasando por todos los órganos de mi cuerpo, iluminándolos y otorgándoles energía.

 

Finalmente la esferita salió de mi interior  a través de mi coronilla.

Comencé a sentir mi cuerpo. ¡Qué pesado que es! Los brazos y piernas estaban rígidos y molestaban. Tiritaba de frío.

 

La voz de Liliana seguía dando indicaciones de manera suave pero firme. Abrí los ojos recordando absolutamente todo.

 

Siempre fui un orador locuaz, me había acostumbrado a ello dando clases en la facultad, sin embargo estaba tan asombrado en estos momentos que no sabía por donde empezar.

 

Me sirvieron, para recuperar la lucidez,  té de jazmín. ¿Todos beben lo mismo?

 

Liliana y Eduardo comprendieron perfectamente lo que yo expresaba, para ellos este tema era tan normal como hablar de un clásico de fútbol.

 

Me explicaron que Kuam-Shu es un nombre que se pierde en el origen de los  tiempos, fue según las doctrinas esotéricas, una figura  que llegó del norte y enseñó el arte de la agricultura, de la medicina y la astronomía. Dictó las leyes fundamentales que permitieron el auge de una antigua civilización hace 12.000 años en el norte de India; es similar al Hermes griego y a Viracocha y Quetzcatcoatl en América.

 

Me informaron que aún en nuestros días las leyendas y mitos  hablan de antiguas cofradías y sociedades secretas que son custodios de aquellas enseñanzas antiquísimas, la llamada “Tradición Primordial”, las Escuelas de Misterios siguen actuando hoy en día con un puñado de adeptos e iniciados en los lugares más  recónditos del mundo.

 

-El solsticio de invierno es el día 24 de Junio. Este es el último del milenio. Faltan 15 días, es mejor que te prepares para partir.- Fue  el consejo de ambos.

 

-¿Partir? (respondí yo). ¿Hacia dónde? Además ¿Quién es el Hermano Javier y dónde lo encuentro?

 

Salí de la oficina entusiasmado, aunque ansioso por el porvenir.

 

Debo decir que cinco minutos después ya estaba un poquito preocupado y una hora mas tarde me comía los codos...no podía dejar de pensar en ese Hermano Javier. ¿Sería un sacerdote? ¿Cómo podría ayudarme?

Fue un fin de semana torturante, aburrido, frío y lluvioso.

 

Entre el tiempo y los nervios había desarrollado un aspecto de hongo rancio.

 

La voz de Itzal estaba ausente a pesar de mis deseos, mi espalda seguía ronroneando y ni noticias de mi ayudante. Pasé de la euforia a la depresión.

 

Me cuestioné si todo había sido un proceso alucinatorio. Seguramente mi amigo médico y la pareja ocultista estaban locos; como dicen los pibes: “se les aflojó un tornillo”. “Únicamente existe lo que vemos, lo demás es mentira”, con este pensamiento trataba de convencerme a mí mismo.

 

Todo había sido una cuestión de estrés y listo. Cuando en el cielo saliera el solcito me tomaría el día y todo arreglado...

Cinco días habían pasado desde la sesión hipnótica, mi vida había transcurrido sin sobresaltos y recordaba los sucesos de la semana pasada como ocurridos en un sueño.

 

Tres clientes habían pagado mis honorarios, por lo que exultaba bondad hacia mis congéneres. ¡La vida es bella! ¡Pum para arriba!

Era hora de sacar a pasear a mi fiel amigo Sultán, un pequeño buldog, blanco con manchas negras y con cara de boxeador británico, para que olfateara e hiciera otras cosas en su árbol preferido de la plaza de la Catedral de San Isidro; de hecho, el paseo en automóvil y “regar” el árbol eran sus pasatiempos favoritos.

 

Llegamos en un santiamén a la hermosa plaza, a la sombra de la gloriosa catedral y Sultán bajó del auto como un bombero frente a un incendio. Era su momento de exaltación juguetona y así me lo hizo saber moviendo el rabo y dando un par de ladridos.

 

-Se va a secar el árbol un día de éstos- Fue el comentario de una persona de unos 40 años, bajo. “gordito”,  con apariencia de artesano, vestido con una “bombacha” bien campera, alpargatas y un saco tipo safari color caqui, rematado con una bufanda multicolor y una gorra escocesa, a pesar de lo llamativo de su atuendo, era de aspecto similar a las decenas de puesteros que se instalan en la feria de la plaza, los fines de semana.

 

-San Isidro fue fundado hace casi trescientos años, supongo que este árbol debe haber resistido a una buena cantidad de perros –fue mi lacónica respuesta.

 

-Seguro que sí, pero es difícil que el árbol se queje, tal vez sea su karma. ¿No te parece, Carlos?- contestó con una sonrisa.

 

¡Pum, knock out! Un derechazo de Tyson hubiese sido más suave.

 

-¿Lo puedo ayudar en algo?, parece que me conoce. – Me atreví a preguntar temiendo la respuesta.

 

- Creo que soy  yo el que puede ayudarte, es imperioso que lo haga si quieres enfrentar tu misión. Soy Javier, me han enviado contigo.

 

-Pero, no eres sacerdote. Ni siquiera traes una sotana.-agregué estúpidamente mientras el brioso Sultán le hacía fiestas.

 

-Vamos, debemos apurarnos si queremos llegar mañana temprano a Tandil. Allí comenzará tu instrucción, no poseemos tiempo de más. No me pidas respuestas, no es mi función. Otros están en el mismo camino que tú. Nadie debe fallar.-

 

La sociedad nos hace desconfiados, pero la personalidad y la mirada de Javier me inspiraban confianza; irradiaba sabiduría y sencillez. Hubiera podido pasar por ayudante de algo si no se hablara con él. Después era intimidatorio, mi alma quedaba al descubierto. Además la voz de Itzal me lo había presagiado, no podía dudar de algo así.

 

Aquella noche, después de instruir a mi secretaria Susana en el manejo del estudio y convencerla que cuidara del amoroso paquete con patas, llamado  Sultán,  partíamos raudamente para Tandil.

 

CAPITULO 4:

EN CAMINO

 

El viaje transcurrió en medio de un silencio sepulcral, mis lances iniciales para poder sacarle información a Javier resultaron infructuosos; yo manejaba mi automóvil de manera desacostumbrada, lento y falto de concentración.

 

En realidad creo que no quería que terminara el viaje ya que me enfrentaría con algo desconocido e intrigante.

Javier, mientras tanto, había sintonizado la radio en una estación que pasaba música de la década del 60, creí reconocer temas de Bee Gees y los Beatles;  ahora mismo, él  estaba  disfrutando de un tema en especial. Con la intención de hablar de algo y romper el muro de silencio impuesto, acoté fingiendo un aire casual:

 

-¿Quiénes son, los Creedence?

 

-En realidad, los Monkees – me dijo mirando hacia la oscuridad del paisaje.

 

-No me parece una música muy espiritual.

 

-Nuestra mente dificultosamente imagine lo que es un espíritu, por lo tanto es difícil que encontremos una música que los represente.

 

Contestó con una sonrisa. Fue el fin de la charla por otra media hora.

 

Seguíamos avanzando hacia el sur por aquella ruta, los faros del automóvil rompían la oscuridad que nos rodeaba. Una noche increíble, con cielo estrellado y la Luna en cuarto creciente.

 

Comenzaba a sentir  hambre, había sido un día largo y hacía horas que no comía, y aunque estuviera en la puerta del paraíso o del infierno, mi estómago seguiría  rezongando y reclamando mi  atención.

 

-Yo también tengo hambre – dijo Javier como al pasar.

 

-¿Es que acaso puedes leer los pensamientos?

 

-Con un poco de entrenamiento, también tú podrás hacerlo, sin embargo te diré que tu estómago hace tanto ruido que no es difícil imaginar lo que te pasa. Paremos en esa estación de servicio y comamos algo. En los próximos días no podremos darnos ya estos pequeños lujos. ¡Además podríamos tomar una copa de un buen Cabernet Sauvignon!

 

-No te entiendo, se supone que estás aquí para ayudarme, asistirme o entrenarme o alguna otra cosa, pero el hecho que escuches a los Monkees o ingieras alcohol me hace dudar de todo esto.

 

Por un momento Javier contempló el firmamento, respiró ese aire frío proveniente del sur y haciéndome una seña me señaló una mesa un tanto destartalada; nos sentamos en silencio.

 

-La pureza o el camino hacia otros planos de evolución en el humano, no viene dado porque tomemos una posición extrema en nuestra vida – Javier conversaba conmigo con una actitud despreocupada, casi ausente, mientras saboreaba una copa de un tinto abocado – No seremos mejores si nos convertimos en anacoretas, mutilando nuestro cuerpo o transitando nuestra existencia dentro de los márgenes de la miseria, tampoco por vestir sotana seremos más santos. De la misma manera el pensamiento actual del occidental hacia una sociedad consumista y de valores superficiales nos lleva hacia un círculo vicioso de nunca colmar nuestras expectativas; cuando compramos el mejor automóvil queremos el barco, después el avión, y una vez conseguido esto siempre nos fijamos el objetivo de algo que esté mas allá. Nunca estamos satisfechos, pasamos nuestra vida anhelando cosas materiales sin las cuales sentimos angustias y pesares. Debemos rescatar las palabras de Buda: “El equilibrio está en el justo medio”. Una copa de vino significa una pequeña gratificación para nuestro cuerpo al que debemos cuidar como un templo. Un tema musical (aunque no pertenezca a la llamada música culta) puede hacer aflorar nuestros sentimientos más nobles. El conocimiento es una fuente de agua pura que siempre nos satisfará y nos rescatará de la ignorancia. Jesús dijo sabiamente: “La verdad os hará libres”. El conocimiento nos enaltece.

 

-¿Por qué he sido seleccionado? Necesito saber. –Mi pedido era casi angustioso.

 

-Debemos llegar a mi cabaña de la Sierra de las Ánimas. Mañana comenzaremos tu preparación. Deberás realizar en su momento una ceremonia que se ejecuta desde el principio de los tiempos. A su debido momento sabrás él por qué. Solo puedo decirte  que tu origen no es lo que supones. Perteneces a una noble raza que aún subsiste en las sombras. La potencialidad dentro de ti es inmensa pero debes aprender a canalizarla. Tu vida ya no volverá a ser la misma. El verdadero conocimiento te espera. Acabas de cumplir treinta y cinco años en Diciembre. ¿No es así?

 

Asentí con un movimiento de cabeza mientras pensaba en las cosas que Javier me decía.

 

-Deberás acostumbrarte a que tu vida, salvo algún accidente, será larga y productiva. A diferencia de ti, cumplo mis años en Agosto, nací el día  12 de Agosto de 1879. Hace ya muchísimos años.

 

Debo haber puesto cara de estúpido, aunque mi asombro no tenía límites. Las cosas se tornaban demasiado complicadas y prometían evolucionar peor, hacia la total irracionalidad que tanto nos disgusta a los profesionales universitarios. Pasaba de ser un “cuenta porotos contable” a convertirme en un participante de “Alicia en el País de las Maravillas”.

 

-Terminemos la cena y partamos. - ¿Podía decir algo? Que sea lo que Dios quiera.

 

Transitábamos un serpenteante camino de tierra entre las Sierras del Macizo de Tandilia.

 

Nos detuvimos dos veces para abrir tranqueras que nos franqueaban el camino.

 

Al fin arribamos a una pequeña cañada donde tuvimos que dejar el automóvil.

 

Caminamos alrededor de seis horas trepando las empinadas sierras a la luz de las estrellas, que  finalmente dejaron el camino abierto  al brillante sol del amanecer.

 

El frío era intenso y cortaba el aliento. Al fin llegamos a la cabaña de troncos enclavada en la ladera de un cerro con forma de cabeza humana.

 

A mí me pareció que entraba al mejor hotel de Montecarlo. A pesar del cansancio me sentía estupendamente y con ganas de conversar.

 

¡Tenía tanto que preguntar!

 

Ante la negativa de Javier, nos fuimos a dormir y a esperar que el día llenara las páginas de nuestro libro de vida.

 

 

CAPITULO 5:

PRIMER OBJETIVO

 

Aquel mediodía, habiendo dormitado apenas algunas horas, salimos de la cabaña  pertrechados con equipo de supervivencia.

Nuestro objetivo era pernoctar desde esa tarde en la cima de una sierra a tres horas de camino.

 

El ascenso fue fácil, sin contratiempos.

 

Llegamos a una pequeña “pampita” a cien metros de la cumbre. Ahí armamos nuestro campamento.

 

Comenzaba mi entrenamiento bajo un Sol deslumbrante y con ese aire limpio que únicamente encontramos en la montaña, lejos de las ciudades.

 

Una sensación de euforia me invadió, mi coronilla y la base de mi espalda vibraban como un diapasón, me sentía relajado y lleno de vida.

 

¡Que simple era ser feliz! Aquí arriba me sentía más allá de las preocupaciones mundanas. ¡Al diablo con los clientes y los bancos!

 

Cuando niño sentía que no pertenecía a este mundo, no es que me considerara marciano o algo así, pero había un vacío que ninguna religión lograba llenar, sin embargo tenía anhelos espirituales y percibía como una conexión con alguien en un nivel superior, algo así como mi ángel de la guarda o “guía” que nunca había podido ver y tampoco escuchar.

 

No lo recordé hasta ese momento cuando contemplaba el horizonte. Tal vez Itzal siempre había estado conmigo, esperando... ¿qué?

Era hora de revelaciones.

 

-Al cumplir los 35 años, nosotros, hombres y mujeres descendientes de los pobladores de las siete ciudades, sufrimos un cambio psicofísico. – Javier hablaba como siempre, de manera lenta y cadenciosa – Nuestros padres poseían una rica y evolucionada civilización que se había desarrollado a través de milenios. Nuestros sabios cultivaron las capacidades innatas de muchos de nuestros ancestros y las incentivaron a través de selección artificial hasta un grado sumo. Pudieron con el tiempo modificar los filamentos del ADN para que determinadas características físicas y mentales se mantuvieran inalterables en su descendencia. No desarrollaron una tecnología que envenenara su medio ambiente, hoy serían propuestos como los primeros en tener una actitud ecológica. Las máquinas contaminantes y los desechos tóxicos producto de una actividad industrial eran nulos por el simple hecho que no eran parte del desarrollo tecnológico. Sus adelantos eran consecuencia de lo que hoy podríamos llamar “tecnología mental aplicada”. Eso les permitió escudriñar de la misma manera el Universo y el interior del hombre, su cuerpo y su psiquis. La mente humana era su herramienta. La mente y sus capacidades infinitas como única energía libre en el Cosmos.

 

Dentro de ti, tu glándula pineal ha crecido casi un ochenta por ciento más que en el común de la población, de la misma manera tu retina tiene una conformación algo diferente en sus células perceptoras, no solamente ves con ella, también captas los campos energéticos sutiles alrededor de nosotros, llamados aura. Aunque la ciencia oficial todavía no lo descubra, eventualmente se llegará a la conclusión que en la retina y en la glándula pineal está la respuesta a los fenómenos paranormales de la telepatía y la clarividencia. Esto es innato en ti, el hecho de que se haya avanzado tan poco en la comprensión de estos fenómenos se debe a que hay muy pocos seres humanos que cumplan los requerimientos mínimos. Tú eres un “sangre real”, ni mejor ni peor que los demás, tampoco eres un príncipe, solamente que tu línea de ADN no ha sufrido mutaciones  que te hayan perjudicado en tu capacidad, de hecho nuestro ADN tiene la característica de volver a su conformación original cada cien generaciones en tu línea de sangre, ese es tu caso. Por eso has sido elegido, no hay mas de 100 personas en el mundo exterior que cumplan las condiciones para la ceremonia. Tú eres una de ellas.-

 

-¿Cómo se llama esa civilización, dónde está? Pregunté ya sin asombrarme de nada.

 

-Pronto la verás, no tiene ningún nombre establecido en conjunto, son siete ciudades que se ubican en todos los continentes, en puntos de máxima concentración energética, telúrica y cósmica, los chakras del planeta. Derivan en su conjunto de una comunidad  primigenia llamada Thule “la tierra donde el Sol jamás cae”, desaparecida en el período en que la Tierra se cubrió de glaciares. A lo largo de milenios, esta civilización que algunos denominan Hiperbórea, se desarrolló en diferentes puntos del planeta: India, América Central y del Sur, Egipto, Afganistán,  Indonesia y Grecia. La superioridad mental e intelectual siempre fue un escollo para la convivencia pacífica con los pueblos vecinos, el miedo y la ignorancia de éstos llevó a un conflicto casi permanente. A pesar de ser pacíficos, nuestros ancestros debieron enfrentar continuas guerras, incluso con facciones disidentes de nuestra propia civilización. Las crónicas de los Vedas, antiguo libro sagrado de India, están basadas en estas luchas intestinas. Esta guerra casi acaba por completo con nuestra gente. Grandes zonas del planeta hervían literalmente en sangre. La barbarie se apoderó de todo. La oscuridad había llegado a nuestro mundo.

 

En aquellos momentos remotos existía un rey  mitológico,  llamado AM- AUM, éste llegó al jardín que en aquella época era la tierra del Nilo, fundó las bases de una nueva civilización y construyó los primeros monumentos que hoy conocemos como la Esfinge y las estructuras piramidales, recordando las antiguas construcciones de Thule. De ese grupo nació Toth, que se convirtió en el gran científico y estadista, conocido como Hermes en Grecia y como Mercurio en Roma;  Hermes Trismegisto, “el tres veces grande”, rescató del olvido parte de aquella sabiduría convirtiendo a Egipto en una civilización sin par durante cinco mil años. Nuestro pueblo comprendió la necesidad de preservar nuestro pensamiento y tecnología en grandes bibliotecas que fueran inexpugnables en caso de conflagración o acción de agentes geológicos o de otro tipo. Comenzaron a construir depósitos de conocimientos en grandes grutas subterráneas especialmente acondicionadas; se construyeron túneles horadando la roca sólida para comunicar las distintas galerías. Poco a poco nuestra civilización buscó refugio en esas cavernas ante sus enemigos y los cataclismos globales. Los hiperbóreos se convirtieron en ciudadanos del interior del planeta, su capital mundial se ubicaba en las profundidades del  Tíbet, cerca de lo que hoy es la cadena de Kuam-Lum  y del Desierto del Gobi;  Agharti es su nombre,  “la Ciudad de Cristal”, el hogar de los rishis y del Rey del Mundo. Tú eres descendiente directo de esa estirpe-

 

Seguía el relato de Javier con avidez y en estado casi hipnótico, no sé como, pero a medida que avanzaba la historia, mi mente asentía como si todo este conocimiento ya se me hubiera dado de alguna forma. No era extraño este conocimiento, yo lo sabía aunque pareciera haber estado dormido muy dentro de mí. ¿Porqué, cómo?

 

Medité por un momento mis palabras, era todo tan mágico que temía preguntar algo indebido. Sin embargo quería saber, ahora el deseo indeclinable de mi corazón podía realizarse.

 

-Quiero cumplir mi misión, reunirme con mi verdadero pueblo, saber sobre mis ancestros. Todo en mí me señala este camino aunque apenas sea creíble.  ¡Entréname, por favor!

 

-Esta noche realizaremos la ceremonia para despertar tu supraconsciencia, el despertar de la energía Kundalini. Tus sentidos nunca serán lo mismo, tu mente se abrirá a nuevas percepciones que están más allá de tus sentidos habituales. Estarás libre de la materia, allende el espacio y el tiempo. Recibirás tu memoria de raza.-

 

-Preparemos la ceremonia entonces, estoy dispuesto.

 

Pocos minutos después dejamos la “pampita” y nos dirigimos un poco hacia el oeste, no más de 200 metros; Javier me mostró una cueva que ahí existía. Tendría 10 metros de profundidad y unos 3 metros de altura; dentro de ella había algunos elementos y una olla vieja y gastada.

 

Javier enseguida encendió un fuego con leña que había en el interior de la cueva.

 

Extrajo con sumo cuidado una bolsa de dentro de su mochila, parecían hongos secos.

 

Puso agua dentro de la olla, le añadió unas yerbas y los hongos. Comenzó a revolver y a cantar un motivo que no podría definir si era originario de América o de India, era una melodía agradable y en cierto sentido melancólico.

 

Durante dos horas siguió con su labor, la mezcla había tomado una coloración rojiza, hervía produciendo algunos globitos dentro de la espesura, su olor era horrible y llenaba el ambiente.

 

Mientras tanto él me pidió que realizara algunas azanas y ejercicios de respiración pránica (que sabía de mis años en el ashram) y que mantuviera el ayuno. Debía llegar a esta experiencia en el estado de máxima depuración posible.

 

Javier se acercó lenta y pausadamente, como era su costumbre, tratando de no incomodar mi meditación.

 

-Como te había dicho, esta experiencia que realizaremos tiene por objetivo despertar tu mente supraconsciente, o sea aquel plano mental que está mas allá de lo ordinario, de lo cotidiano. En otra persona esto se consigue con años de trabajo y sacrificio, de hecho muchos hombres que no han pertenecido a nuestra raza lo han logrado en grado sumo. En tu caso es distinto porque estás acondicionado por nacimiento, tus genes son los responsables, aunque tu carrera universitaria y tu estilo de vida en los últimos años pueden trabarte en estos momentos. No debes racionalizar lo que vivirás, no te cuestiones o quieras explicarlo de manera lógica. Lograrás este estado a través de un hongo llamado comúnmente Peyote, muy utilizado en esta parte del continente por los maestros chamanes, el Peyote tiene un potente alcaloide, la Amanita Muscaria, que ingresa en tu sistema nervioso de manera agresiva, no te asustes, puedes tener descomposturas y náuseas al principio, al igual que alucinaciones,  es normal. La energía Kundalini se manifiesta con una serie de molestias en tu espina dorsal, algo así como una sensación de electricidad, esto te ha estado pasando desde hace algunos días, tu chakra o vórtice energético denominado Mulhadara ha comenzado a activarse paulatinamente. Las condiciones están dadas. ¡Comencemos!.-

 

Continua...

 

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